Por mi ventana veo un temprano invierno,
se acerca; nos cae encima.
Es una fusión de blanco y verde,
el verde será rojizo, marrón, caerá;
y el blanco se hará nada, desaparecerá.
Esqueletos desnudos habitarán entre nosotros,
y de vez en cuando lucirán de gala
un vestido blanco.
Vendrán azotes y soplidos,
habrá aguas torrenciales y,
sin darnos cuenta, de pronto,
volverán a la vida los esqueletos;
se vestirán de fiesta y bailarán alegres.
Y yo, sentado frente a mi ventana,
esperaré a que otra vez
nos caiga una fusión de verde y blanco.
Miércoles
23 de octubre, 1996 (12:05 p.m.)
Santa
Fe, New Mexico
Está
baja la marea,
sigue
frío afuera, ya no llueve,
pero
el viento no ha dejado de azotar.
Hay
una coraza de hielo al rededor del alféizar de la puerta de cristal.
El
mar se bate de frente contra la playa,
contra
el arrecife, contra la casa,
contra
mi ventana.
Sólo
las gaviotas se aventuran en busca de algas:
están
en la playa, escarban en la arena;
otras
vuelan y se dejan llevar –de lado- por el viento;
otras
flotan en altas olas.
El
mar es incesante,
la
vista maravillosa, y la música es: ese va y ven de la olas (y nada más).
Jueves 26 de diciembre, 2002 (08:09 a.m.)
East
Hampton, Long Island, New York
Hace
tanto frío afuera que se me aguan los ojos;
se
me aguan los ojos y se me nubla la vista;
se
me nubla la vista y tengo que pestañar;
pestaño
y se me mojan las pestañas;
se
me mojan las pestañas y el frío me las congela.
Con
las pestañas congeladas, se me nubla la mirada.
Dirán
que no tengo sentimientos, y que mis lágrimas son pequeños témpanos de hielo.
Martes 18 de diciembre, 2007 (10:16 hrs.)
Hanover, New Hampshire -En el curro
Retrato de proscenio
Amanece,
comienza a clarear el día;
no
es un día
como
todos los días de mi infancia.
Comienza
a clarear el día, amanece;
es
un día
como
ninguno de los días de mi infancia.
El
cielo en calma, con sus borretones grises, refleja
-en
el horizonte- amarillo fuego naranja.
No
hay un ápice de viento, y
el
silencio es industrial (murmullo de luz eléctrica);
el
suelo está todo cubierto de hielo, y el hielo
de
seca nieve.
Amanece
y está más claro;
se
va perdiendo el amarillo en azulejos
y
el fuego naranja en delineación clara de oscuras formas montañosas de
horizonte.
El
suelo se hace más blanco,
el
día se hace más claro, y es un día
extranjero
a todos los días de mi infancia de guayabal.
Jueves 13 de diciembre, 2007 (07:04 a.m.)
Hanover, New Hampshire