Retrato de proscenio
Amanece,
comienza a clarear el día;
no
es un día
como
todos los días de mi infancia.
Comienza
a clarear el día, amanece;
es
un día
como
ninguno de los días de mi infancia.
El
cielo en calma, con sus borretones grises, refleja
-en
el horizonte- amarillo fuego naranja.
No
hay un ápice de viento, y
el
silencio es industrial (murmullo de luz eléctrica);
el
suelo está todo cubierto de hielo, y el hielo
de
seca nieve.
Amanece
y está más claro;
se
va perdiendo el amarillo en azulejos
y
el fuego naranja en delineación clara de oscuras formas montañosas de
horizonte.
El
suelo se hace más blanco,
el
día se hace más claro, y es un día
extranjero
a todos los días de mi infancia de guayabal.
Jueves 13 de diciembre, 2007 (07:04 a.m.)
Hanover, New Hampshire
Del poemario Allá (diario del transtierro)
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