Jueves 17 de junio, 1993
(00:45 hrs.)
Torrox
(Málaga), España
Está ahí en su tormenta
como
algo que ocupa el
espacio
sideral de una mirada
(opaca);
algo
así, tan inmenso, como
una
viruta de pan en la vía
láctea.
Se puede descifrar a través
del
vino la quinta musa,
está
en mi tormenta (ahí);
usurpa
el espacio de la migaja
y
no es la Osa Mayor.
Hay
que romper el sobrio
al
estrechar la mirada,
que
deja de ser opaca para ocupar
el
espacio de la palabra;
la
migaja,
la
viruta
y
el pan.
Miércoles 5 de enero,
1994 (3:42 p.m.)
Cincinnati,
Ohio
Qué tormentos de relojes de pulsera
que
marchan
cuan cadenas que arrastra la libertad del tiempo
para
romper culpas y encerrar celos
historias
de machistas y escándalos de pueblo
aparta y rompe a cada paso
aparta
deja
culpas a culpables
marchar
al tiempo y pulso
la
ruptura con las ideas del pueblo
Sube
a tus altares míos que te pertenecen
abandona
relojes y ataduras
sonríe
que
tú y todo por delante
y a
vivir están aún
Hay
pulsos que terminan sus marchas
y
hay pulseras que mantienen marcando
el
paso de sus relojes
pues
el tiempo no se detiene con el pulso
sigue
sonríe
todo
por delante
retoma
tus altares míos que te pertenecen.
Martes 1º de febrero,
1994 (4:30 p.m.)
Cincinnati,
Ohio
Desconcierto
Después
de la iniciativa (de todas las iniciativas)
queda
el
ataque descomunal.
No
es cuestión de esgrima, se desplaza sin aritmética;
es
un olor embriagador
carece
de circunstancia
evita
lo circunstancial –a dos espacios–
se
logra la unidad singular.
Reaparecen
los muros; se crea la distancia:
con
el silencio (sabor a rechazo) al margen;
cero
a la izquierda,
indiferencia
–dualidad–.
Es
imposible robarle destellos al espejo,
carece
de precedentes.
Veda
y huye al compás de sus excesos.
Atañe
al olfato la suntuosidad alcohólica
–persiste.
Se
espera el espacio creado –a doble espacio–
no
cabría en mi manta
veda
perpetua
ni
silencio vitalicio
nos
falla el cálculo –inevitablemente–
por
las circunstancias de embriaguez,
los
olores del espejo, el destello del muro,
los
márgenes establecidos y la
línea;
la
que es indiferente a la circunferencia en el plano
–ni tangente ni secante.
Regresa
el alcohol con su ataque descomunal.
Domingo 31 de julio,
1994 (7:13 p.m.)
Cincinnati,
Ohio
Allá
Deambulamos,
al llegar,
por
espacios estéticos de una arquitectura de consumo,
falta
de arcos, madera tallada, obras de arte, cuadros y esculturas,
mármol.
Nos
sobrecoge una armadura de acero pintada de morado opaco
y
blanco de hospital.
Caminamos en círculos por edificios rectangulares y con nombres
(Morgens, Scioto, Daniels),
buscamos
querencias ausentes,
deambulamos
por espacios ajenos en busca de familiaridad;
nada
nos pertenece.
Así creamos rutinas,
nos
acostumbramos a esas armaduras de metal hasta que ya no las vemos,
hasta
que podemos pretenderlas,
confundirlas
con nuestras querencias ya abandonadas.
De
vez en cuando escapamos al pasado,
a
lugares familiares que poco a poco nos van reconociendo menos
y
que poco a poco van dejando de ser parte nuestra.
Nos convertimos en nómadas intelectuales;
permutamos
en aviones, y en largos trayectos de autobuses y automóviles.
Nos
constituyen pedacitos de camas y sueños;
vamos
dejando una estela de orgasmos apasionados
y
veranos olvidados en lechos perdidos
en
espacios que abandonó nuestro tiempo.
Vamos reconstruyendo arquitecturas de consumo;
y a
esos que como yo dependemos de un refugio,
nos
mata la inestabilidad de lechos a medio tiempo.
Sábado 25 de octubre,
2003 (09:53 a.m.)
New
York, New York
Suelto el mundo en la agonía de su gloria y su miseria,
en
su punto (afuera a veces, a veces en el centro)
me
encuentro: unos ratos en la gloria
y
otros en la misma mierda.
Habito en el planeta y respiro; unos días aire fresco,
otros
apenas aire. Igual,
deambulo
por las calles y en la ciudad soy uno más
o
uno menos (dependiendo de la gloria o la miseria).
Encuentro de vez en cuando flores en el camino
y
en días de gloria venzo gigantes,
luego
me muestra la miseria que eran molinos,
y
paso de vencedor
a
vencido.
Hay días en que soy báculo de la creación
e
instrumento del verso; otros,
soy
apenas un idiota que anhela solamente
rascarse
la cabeza.
Así vivo y sobrevivo; con el que me quiere,
con
el que me odia.
Y
por igual
sigue
el mundo ajetreado en su miseria
y
en su gloria.