"Keysi
Montás is unquestionably a Renaissance man. His creative endeavors range from
handcrafted furniture to poetry, photography, and dancing the tango—not the
sorts of pursuits one might typically associate with a public safety
professional."
Thursday, September 25, 2014
Wednesday, September 17, 2014
Cacán
Cacán
Esta tarde tibia el play de Cambita estaba repleto. Era juego de clasificación entre
Haina y Cambita. Había multitud y algarabía por el lado de la primera, de la
tercera y detrás del backstop. El
juego era de importancia tal que hasta anunciador hubo. Eso era toda una
novedad que dio al juego un aire diferente, como si fuera un juego de los que
transmitían por la radio. En varias ocasiones el anunciador le pidió a la
multitud retirarse de la banda de la primera, pues había un hainero zurdo que
halaba por ese lado.
Los cambiteros cogieron palos en la primera
entrada (5 carreras), pero cuando les tocó batear se la lucieron. Parece que la
algarabía del pueblo les dio energía para dar palos también. En la quinta
entrada estaban empatados, Haina estaba al bate con hombres en primera y
tercera y sin outs. Había llegado más
gente y el bullicio no dejó que se oyera la voz del anunciador cuando advirtió
que el zurdo estaba de turno al bate.
Se preparó el lanzador en el montículo, chequeó los
corredores y lanzó una recta para el plato como a mil. "¡Strike one!" Se volvió a preparar y el catcher le hizo señas de que le pichara adentro, el pitcher dijo que no con la cabeza, el catcher insistió y el pitcher volvió a soltarle la misma
recta, pero cerrada. "¡Strike two, en la esquinita de
adentro!"
El catcher
volvió a pedir lo mismo y el zurdo, sacando el pie derecho, abanicó con todas
sus fuerzas disparando un linietazo por la banda de la primera que se perdió
entre la muchedumbre que saltó al tiempo del batazo: "¿A quién le dio, a
quién le dio?" preguntaban muchos en alboroto y nadie dijo esta boca es
mía.
Se calmó el alboroto y el pitcher volvió a lanzar; el zurdo dio un toletazo que capturó el segunda
base y en una jugada del 4 al 6 al 3 se realizó un doble play sin que anotara carrera. Justo al momento que se cantó out al corredor de primera, Don Cacán,
quien había estado parado entre la muchedumbre, cayó de bruces, tiesecito, como
cuando un hachero desploma un árbol en el monte. Cuando lo voltearon para
socorrerlo, le vieron en la frente una abolladura circular rosada con marcas
oscuras que parecían la costura de una pelota.
Aparece en la colección
Shortstop
(microrrelatos de béisbol dominicano)
LETRA NEGRA Editores, 2014
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