Sucede que comencé la universidad como estudiante de matemáticas (que escribía versos) y poco después tuve a José Kozer como profesor. Terminé por dejar las matemáticas y estudiar literatura.
Ese poema, publicado en septiembre del 1991, en Abigarrada (revista de Queens College), sirve como evidencia de esa transición que me llevó a cambiar de área de estudios. Aquí lo comparto:
De JOSÉ KOZER a HOWARD ANTON
Acabo de leer a Kozer y mi mente deambula todavía en La Habana, en su abuelo que se muere de cáncer,
en su hija, en su ex-esposa,
en su padre que vende trajes.
Y ahora tengo que asentarme la cabeza en el libro de cálculos cuando lo que quiero es escribir,
transportarme al puerto de Kozer en La Habana,
a mi abuelo,
a mi padre que también fue sastre de noches clandestinas de marxismo,
a mi infancia que naufraga en el poema de la infancia de Kozer.
Y ahora tengo que asentarme la cabeza en el libro de cálculos,
cuando lo que quiero es escribir: "¡Qué coño!".