Friday, March 29, 2024

Biografía

 


Keiselim A. Montás (Keysi)

Santo Domingo, República Dominicana, 1968. Desde 1985 vive en EE. UU., donde terminó sus estudios secundarios en John Bowne High School, Flushing, NY; hizo una licenciatura en en lengua y literatura castellanas, con concentración en educación secundaria, en Queens College, The City University of New York (CUNY), y una maestría en lengua y literatura castellanas en la University of Cincinnati. 


LIBROS:

Pequeños Poemas Diurnos (poemas, plaquette (edición personal), New York, 1992 y 2005)

Amor de ciudad grande (poemas, Élitro Editorial del Proyecto Zompopos, New York, 2006)

Reminiscencias (cuentos, Premio Letras de Ultramar 2006, Editorial Nacional, Santo Domingo, 2007)

Allá (diario del transtierro) (poemas, Élitro Editorial del Proyecto Zompopos, New York – New Hampshire, 2012, y en e-book, 2013)

De la emigración al transtierro (ensayo, Escribana Books-ArtePoética Press, New York, NY, 2015)

Como el agua (colección de Haikus) (poemas-haiku-, Élitro Editorial del Proyecto Zompopos, New York – New Hampshire, 2016)

Ínfimas apreciaciones literarias (ensayo, Premio Letras de Ultramar 2015, Editorial Nacional, Santo Domingo, 2016)

Like Water (A Haiku Collection) (poems-Haiku, Élitro Editorial del Proyecto Zompopos, New York – New Hampshire, 2017)

Otras veces no sé (colección de relatos breves) (cuento, Dominican Writers Association Press, New York, NY, 2020)

Desechos (poemas, Sudaquia Editores, New York, NY, 2021)


Su trabajo literario ha sido incluido en múltiples antologías y sus poemas, fotografías, cuentos, ensayos y entrevistas literarias se han publicado en revistas impresas y digitales.


PREMIOS:

Tercer Lugar, 2001, en poesía: 27vo Premio Literario Chicano/Latino de la Universidad de California, Irvine.

Premio Letras de Ultramar, 2006, en cuento, y 2015 en ensayo: Secretaría de Estado de Cultura de la República Dominicana a través del Comisionado Dominicano de Cultura en los Estados Unidos, New York.

Primer Lugar: XIX Concurso de Cuentos Radio Santa Maria, 2012, La Vega, República Dominicana.

Segundo Lugar, 2014, y Mención de Honor, 2015: Premio de Cuento Juan Bosch, Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE/GFDD) 2014, Santo Domingo-New York.

 

En la actualidad vive en New Hampshire y trabaja en Dartmouth College, además de su cargo permanente como Director de Seguridad (lleva más de 30 años en esta área), ha sido un Faculty Fellow. Es editor y fundador de la pequeña editorial independiente Élitro Editorial del Proyecto Zompopos, y es un apasionado bailador de tango argentino.

Tuesday, July 11, 2023

Exploring Poetry: Keiselim Montás and Norberto James

by Aida L. Heredia

In NoCountrymagazine, July 10, 2023


"Norberto James emerged as a young writer during the period of the 1965 Dominican civil war (known as Guerra de Abril). He published his first book[2] of poems, Sobre la marcha, in 1969. According to Miguel D. Mena, the book generated sustained national attention for its concise approach to socio-political issues and its distinctive use of rhythm in poetry. James’s craft in Sobre la marcha also stood out for its depiction of the cocolos, the community of African-descended workers from the English-speaking Antilles who since the beginning of the twentieth century had been migrating to the Dominican Republic to labor in the sugar industry. Political repression during the twelve-year regime of Joaquín Balaguer led Norberto James to emigrate to Cuba in 1972; he returned to the Dominican Republic in 1979. A few years later, in 1983, he left for the United States, where he established permanent residency.[3] Keiselim Montás situates himself and his writing within the linguistic, cultural and geographical dialectics of the Caribbean diaspora to the United States. People have described Montás’s essays and poetry as a contribution to migration studies and to the development of Dominican literary production in Spanish in the United States.[4] Indeed migration figures prominently in Allá (diario del transtierro) (2012), a book in which Montás’s spirited reflections can be appreciated in the oral quality of his poems and his use of scenic modes of narration. The book’s parenthetical title points to its narrative style."

Full Article: Exploring Poetry: Keiselim Montás and Norberto James

Friday, May 26, 2023

Trayecto de hambre, grajo y sol; o, para qué es que uno estudia

Del libro Reminiscencias (Premio Letras de Ultramar 2006)

Regresaba de la escuela en una de esas tardes calurosas, y no porque fuera verano ya que en el caribe siempre hace calor. De ser verano estaría de vacaciones, puesto que ahora asistía a esa nueva escuela, en El Pueblo, que seguía el calendario regular. A pesar de que Cambita era distrito municipal hacía tiempo, todavía seguía el calendario se zona cafetalera acomodado para que los muchachos puedan ayudarle a los padres en la temporada de cosecha.
 
Todas las escuelas despachaban a los estudiantes a las doce del día, hora del chao, excepto la mía. Y el que sale de la escuela a las doce, mal que bien, come caliente. En mi escuela se despachaba a la una y diez de la tarde. Y para mi tormento, no sólo despachaban una hora y diez minutos después de la hora de comer, sino que encima de eso, tenía que coger una guagua de regreso a Cambita. Entonces, con suerte, llegaba a casa antes de las dos y media, muerto de hambre, con calor, sudado, y no a comer caliente.
 
Aunque la distancia entre El Pueblo y Cambita es de apenas quince kilómetros, el viaje en guagua pública parecía durar una eternidad. Además de los cuarenta y cinco minutos de ruta, había que esperar una media hora en la parada hasta que se llenara la bendita guagua. Y a eso había que sumarle la parada de siempre para echar gasolina; pues echan golosina a cada viaje, para cada viaje.
 
Lo lento no era toda la incomodidad del viaje, pues existían otros agravantes que hacían esos quince kilómetros parecer interminables, por ejemplo: tener mucha hambre, el caluroso clima, la incomodidad de los asientos, o la mala suerte de tener un grajoso hediondo a mono viudo sentado al lado revolteándole a uno el estómago vacío.
 
Tener mucha hambre era por lo general mi caso. No sólo porque comería dos horas y media más tarde de lo normal, sino porque a esa edad yo comía más que una nigua. De eso pueden dar fe mi mamá y mi papá. Mi mamá porque mi respuesta a su pregunta de “¿tienes hambre mi’ijo?”, era siempre la misma: “Mami, no se me quita.”
 
Mi papá, por otro lado, por lo de las pastillas para el apetito. Resulta que mi hermano menor fue siempre muy mal comedor, nunca tenía apetito, y siempre “tan flaquito el infeliz”. Buscándole solución al problema, mi papá le compró un pote de pastillas para el apetito. Un buen día (cosas de muchacho) le pedí a mi papá que me comprara un frasco de esas pastillas a mí también. Supongo que mi razonamiento sería: “si mi hermano tiene piojos, es justo que yo los tenga también”. La respuesta fue inmediata: “Yo te compro las pastillas,” -me dijo calmada y conscientemente- “pero tú” –continuó diciendo con tono de ¡quién coño tú te crees que soy yo!- “¡tú busca quien te mantenga!”
 
La verdad es que durante la adolescencia yo tenía un apetito voraz. No puedo honestamente decir que desayunaba, pues esa no es costumbre de pobres y nosotros, aunque honrados en demasía, éramos pobres. Cuando era posible llevaba una peseta (veinticinco centavos) para desayunar con un friquitaki en el recreo de las nueve, pero por lo general me la pasaba en ayuna. Lo más probable es que eso contribuyera a mi hambrusia de regreso a casa.
Una vez en casa devoraba mi almuerzo tardío y alrededor de las cinco, comía alguito que siempre me guardaba abuela en una cantinita que me escondía de los demás debajo del mantel de la mesa de cocina. Sobre las ocho cenaba víveres con arenque, bacalao, salami guisado, huevos, o lo que fuera. Más tarde, cuando aparecía el medio peso, me iba a la fritura de la esquina y compraba una rueda de salchichón frito con una docena de fritos de plátano para antes de acostarme. Pero lo dicho, cenara o no cenara, siempre me levantaba con hambre.
 
Fue en uno de esos trayectos de hambre grajo y sol en que me topé en la guagua con mi tío abuelo Masé. Tío abuelo, como todos los de su estirpe, era uno de esos viejos recios y de la guardia vieja, sabio en el enmarco de sus querencias, de pocas palabras, recto, e implacable. Esa tarde me tocó ir en la misma guagua con él, que iba para una tierrita que tenía en La Jagüita, que queda cerca de Cambita Uribe, un poco antes de La Subí’a de Jina Abréu.
 Yo iba sentado de lado, y pagando pasaje completo, en la perrera (cojín de colcha espuma colocado en las cinco pulgadas de espacio entre la cabina del conductor y la primera fila de asientos), justo detrás del chofer. Tío abuelo Masé venía frente a mí, y en varias ocasiones sentí que su mirada me escudriñaba, me observaba el rostro como buscando el reconocimiento de la familiaridad o el rasgo del parentesco.
 
Aquí estaba yo ante una pequeña encrucijada. Quedarme callado y dejarlo con la duda hubiera sido una opción, pero riesgosa, porque de reconocerme pasaría yo por mal educado e irrespetuoso. La otra opción era saludarlo, pedirle la bendición e identificarme como nieto de su hermano, y atenerme a las consecuencias de tener que entablar conversación con el tío abuelo de tres generaciones atrás...
 
En la primera parada se bajaron unos cuantos pasajeros y pude cambiar de asiento. Entonces me decidí a besarle la mano e identificarme, y expresarle con orgullo que venía así vestidito de caqui porque venía de la escuela. Una vez reconocimientos hechos, bendición pedida, dada y recibida, llegó la temida consecuencia. Tío abuelo, así a boca de jarro, me hizo la siguiente pregunta: “¡Sobrino! ¡¿Pa qué é que uno etudia?” La magnitud de esta pregunta es comparable tal vez sólo a la del general del ejército que pasando revista a sus tropas, y sin preámbulo alguno, se voltea y le pregunta al primer recluta que se encuentre por delante que porqué se enganchó a la guardia.

 
Contestar esta pregunta era cosa muy seria, aquí no se podía contestar con una estupidez. La respuesta debía ser medida, calificada, cualificada, filtrada y purificada de tal forma que siendo (como debía ser) una respuesta postiza, debería parecer como una respuesta espontánea y genuina. Una respuesta que fuera una mezcla entre lo que uno piensa y quiere decir, y lo que uno cree que el tío abuelo quiere que uno diga. El caso era no decir un disparate, sino algo sensato, respetuoso y medio inteligente, pero no muy inteligente que pecase de falsa erudición. Entonces ¿qué decir?
 
Después de una pausa incómoda (y larga como el viaje en guagua de El Pueblo a Cambita) le dije algo así como que uno estudia para superarse y ser alguien en la vida. A lo cual tío abuelo Masé ripostó: “Muy bien sobrino, pero de verdá: Uno etudia ¡Pa no sé peendejo!”

Monday, April 23, 2018

In NHPR's Word of Mouth

Love and Literature with Keiselim Montás and Kianny Antigua

NHPR's Word of Mouth explores the nooks and crannies of New Hampshire and is hosted by Virginia Prescott. Airs Saturdays at 11 am and replays Tuesdays at 8 pm.


Kianny Antigua, Keysi Montás,
and their daughter Mía
at home in Lebanon, New Hampshire.
Photo Credit: JUSTINE PARADIS



Love and Literature with Keiselim Montás and Kianny Antigua


Kianny Antigua and Keiselim Montás, or Keysi, are both writers. They are both published and acclaimed — and they’re married.

Many famous artistic couples have tried to strike the balance of literature and love: F. Scott Fitzgerald and Zelda Fitzgerald, Georgia O’Keefe and Alfred Stieglitz, Frida Kahlo and Diego Rivera... but a lot of those relationships weren’t exactly even-keeled.

A relationship between creative people must function both romantically and artistically.

It's not easy. How do Kianny and Keysi do it?

For the entire story and interview, visit the New Hampshire Public Radio Website: 

Thursday, October 19, 2017

Introductory Remarks for A Book Reading by Junot Díaz at Dartmouth College, Oct. 2013




These were the remarks I offered upon introducing Junot Díaz, who came to Dartmouth College for a reading of his book This is How You Lose Her.

(The event took place on Friday, October 18, 2013, at 5:00 p.m., Filene Auditorium)


 ¡Good afternoon y Buenas tardes to all! 
¡Bienvenidos! Welcome! 
Thank you for joining us!

My name is Keysi Montás, and I am indeed the Associate Director of Safety & Security here at Dartmouth College…  And yes, this is a book reading by Pulitzer Prize Winner Junot Díaz, but: I am also (to quote a friend form grad school) "an independent scholar," so you are in the right place!

I am thrilled to FINALLY be able to welcome to Dartmouth and to introduce to you Junot Díaz.

Long introductions are a bore, so I aim for a short one! But not as short as the one given for Senator John Spooner of Wisconsin, who also served as adviser to President Roosevelt, by a small town Mayor; for when it came time for it, he said:  “My friends, I have been asked to introduce Senator Spooner who is to make a speech.  Well, I have done so.  And NOW he will do so.”   There is plenty to say about Junot Díaz and his work, which I'll try to contextualize for you; however, I do not want to be a bore, nor as brief as that small town Mayor.

Suffice it to say that he was born in the Dominican Republic and came to the US at age 6, and was raised in New Jersey.  He is the author of the critically acclaimed Drown; The Brief Wondrous Life of Oscar Wao, which won the 2008 Pulitzer Prize and the National Book Critics Circle Award; and This Is How You Lose Her (from which he will read to us today), a New York Times bestseller and National Book Award finalist.  He is the recipient of a MacArthur “Genius” Fellowship, PEN/Malamud Award, Dayton Literary Peace Prize, Guggenheim Fellowship, and PEN/O. Henry Award.  A graduate of Rutgers College, he is currently the fiction editor at Boston Review and the Rudge and Nancy Allen Professor of Writing at the Massachusetts Institute of Technology.

I would call Junot Díaz a transterrado, from Transtierro, a term applicable to those who live on that bridge which connects their multiple realities and identities.  Transtierro… Imagine the Atlantic, now the word transatlantic: across the Atlantic, not on one side, nor the other, but in between.  Transtierro is between tierras, lands, countries, it is a condition of today's world, resulting from what humans have done as part of surviving; that is: emigration.

Today there are millions of people, like us, who have left their homeland in search of a better life.  In the particular case of that little island where we both come from, I can name for you a certain Juan Rodríguez, whom in 1613, arrived in a Dutch ship and is now recognized as the first non-Native to settle in Manhattan.  I could name a Jean Baptist Point du Sable, whom is today recognized as Chicago's founder.  I could bring us closer to today's time and place and tell you that in 1912, a young man named Enrique Heráclito Álvarez, a native of Monte Cristi, Dominican Republic, came to our very own Dartmouth College campus to pursue an education.  I have often wondered how Enrique's journey must have been like, a 100 years ago: No airplanes, no Dartmouth Coach, no telephone, no TV, no e-mail, no internet, no Facebook!

Transtierro is a condition of today's world.  It is "modernity and technology" that has made the globe so small, and what allows for the constant connection with what, in other times, was just left behind.  Unlike emigrants of a century ago, nowadays one can remain connected, either by choice or circumstance, and lead a dual or two-dimensional existence as though one had a bifurcated umbilical cord.  It is worth noting that when a person arrives to a new culture & language, many factors play out in the process of acclimation: from their socio-economic class, age and reasons for migrating, to what they end up doing, where they end up living, how far away the homeland is and what connections exist to that homeland.  Regardless, the first years of the immigrant experience in the new language & culture are no walk in the park.  To paraphrase Ariel Dorfman: They will carry the daily necessity of struggling in two languages and surviving in an unknown culture and society "torn between the public dominant language, on the one hand, in which the police interrogate, the school principal complains about a child’s conduct, bank accounts are opened and all too often closed" and "on the other hand the private subjective set of words that keep the new comers in touch with the old homeland and with the persons they once used to be."

        For individuals, like Junot Díaz, the condition of transtierro is shaped not by choice, but by the circumstance of their upbringing which creates the need to live in two dimensions, to pledge loyalty to two cultures and two nations, to use one language to speak to teachers and friends and to create (WRITE), and another to talk to aunts and uncles, making them exist on that bridge, where one aquí es de allá, y allá es de aquí (here one is from there and there one is from here).  Junot Díaz grew up with the English language in his mouth and the home country of his parents in his heart, in his blood, in the color of his skin, in his hair, in his pride and in his subconscious.  And all of that, inevitably, comes out in his literary production.

You will find the wrenching pain of the immigrant experience and the building of that ambivalent duality in Junot's stories such as "Otra vida, otra vez" and "Invierno"; in stories like "Nilda", "Flaca" and "Alma" one can find the struggles of coming of age, trying to fit in, find a self-identity and survive in the face of adversity and poverty.  In "The Sun, the Moon, the Stars " and in "The Cheater's Guide to Love"" we find that journey back "home" [in quotes] where the character brings a critical eye armed with what he knows from the adopted culture, in an attempt to understand who he is in the context of where he is and where he comes from.


Junot's stories could be and are, in essence, the stories of any transterrado, any immigrant from Colombia or from Cambodia. But the reason why Junot Díaz's stories have made it to the forefront of today's literary world is because of how well he tells them and how unique his narrative voice is.  He tells them so well that he got a Pulitzer Prize.  He tells them so well, that the MacArthur Foundation declared him (and Forrest Gump would be jealous) a "God Damn genius!"  But he, himself, will tell you that he is probably no genius, that he is more like Junior, his nerdy main character.

And now: ¡Es para mí un orgullo sumo el poder presentarles a mi co-trasterrado y hermano, Junot Díaz!

Friday, August 18, 2017

Pinceladas sobre Pedro Páramo


La "espacialización" como técnica narrativa básica de Pedro Páramo: ¿cómo es y cómo figura en la relación texto/lector?


         La literatura ha seguido un orden lógico ligado a constantes universales tales como el tiempo y su propiedad cronológica; la física y su propiedad de acción y reacción, o causa y efecto; la matemática y su propiedad de asociaciones ascendentes o descendentes o de más y menos; etc. Basada en estas propiedades de la lógica universal, la literatura (y en este caso específico la narrativa) había montado su concierto para enlazar las partes de un relato, de manera que obedezcan a ese orden universal que presenta todas las piezas de un acontecimiento, de una manera que apele al lector como algo natural o familiar; es decir, en términos descifrables y coherentes, en una estructura que guíe al lector en la conformación de una unidad narrativa.

         En Pedro Páramo, Juan Rulfo deserta de ese orden lógico y nos presenta una obra que para el que la lea con ojos ordinales no parecerá más que un desconcierto. Bien parece ser que Rulfo abandona el orden lógico narrativo precedente y se arma de una técnica diferente; una especie de inspiración fantástica, algo que substituye el sentido común por una irracionalidad mágica. Leemos la obra y sabemos que el método es otro; pero, sin duda alguna, el relato se organiza de una forma u otra. Una vez finalizada la lectura sabemos de qué se trata, de qué va la cosa, pero no sin antes haber sido sujetos de un trabajo que, como lectores, hemos realizado en substitución de la narración, para armar el concierto coherente del aparente desconcierto que presenta el relato.

         Rulfo ha substituido el orden lógico y el sentido común de la narrativa precedente por una técnica narrativa basada en el espacio o en lo espacial y en substitución de la cronología o el orden y "sentido común", la coherencia y la lógica. En otras palabras, la unidad de medida, si se me permite así decirlo, la constituye el espacio y no el tiempo; el tiempo parece desaparecer, ya que Rulfo no lo utiliza como referente primordial sino secundario. Lo que importa de un hecho es el espacio en donde se manifiestan sus acciones; el tiempo es sólo una pauta ausente, marcada por la simultaneidad o yuxtaposición de los hechos. Podemos decir que lo que nos guía en la reconstrucción del relato no es el cuándo suceden los hechos, sino el dónde se manifiestan.

         Una visible característica de esa espacialización la constituye el hecho de que se rompe con el relato que consta de una visión o de un punto de vista singular, puesto que no hay un personaje o un narrador principal que nos guíe de la mano, presentando los hechos a través de sus ojos, sino que como lo dijo el mismo Rulfo, el protagonista no es un personaje central y singular (uno), sino que es una multitud de personajes (el pueblo). Al repetirse una historia, como la muerte de Miguel Páramo, desde distintas perspectivas, se substituye el factor tiempo, o el cuándo, por el factor espacio o el dónde; por ejemplo: a Pedro Páramo que le vienen a contar; Eduviges a quien visita el muerto; el padre Rentería que presiente el hecho, etc. De esta forma se aprecia cómo un hecho singular se relativiza al ser contado por más de un personaje, y cómo se reconstruye en hechos diversos los cuales obligan al lector a crear su propia perspectiva, versión o "witness account" del hecho, la cual obtiene después de haber leído todas las versiones dadas. Este ejemplo de la muerte de Miguel Páramo, nos sirve para ilustrar cómo ninguna de las visiones del hecho se dan desde un testigo visual y presente en el acto, eliminando así el cuándo o el a qué hora (el tiempo), sino desde personas que estaban simultáneamente en lugares distintos (espacios). Estos relatos sucesivos del mismo hecho, esparcidos por la obra, nos presentan una visión estereoscópica para que seamos los lectores quienes, en nuestro momento y ocupando otro espacio (extratextual), los que reconstruyamos el relato didáctico del hecho, basándonos en las directrices dadas por la repetición o recuento; así quedamos preparados para armar la estructura espacial que nos da el dibujo o cuadro completo y final: el relato, la historia, la unidad.

         Esta obra de Rulfo se arma o más bien se presenta desarmada y con un riego de acontecimientos esparcidos por todo el texto, y es en el momento en que el texto (en su totalidad) se conjuga con el lector, donde (y no digamos cuando) se produce la armadura o estructura completa del relato. Es ahí donde se nos arman las piezas y podemos panorámicamente ver el cuadro completo que nos presenta el texto.

Rulfo, Juan. Pedro Páramo. Fondo de Cultura Económica. 2da Ed. (Colección Popular: 058), México 1981.


Este ensayo parece en las pp. 67-69, de:
Ínfimas apreciaciones literarias (Desde Cervantes hasta Perlongher en vuelo de pájaro)
Premio de Ensayo Letras de Ultramar 2015
Editora Nacional, Santo Domingo, 2016.





Monday, July 17, 2017

Keiselim A. Montás and the Art of the Haiku

March 3, 2017

NHPR's The Bookshelf: with Peter Biello
 Keiselim Montás and the Art of the Haiku


"The Bookshelf from NHPR is New Hampshire Public Radio's series on authors and books with ties to the Granite State. All Things Considered host Peter Biello features authors, covers literary events and publishing trends, and gets recommendations from each guest on what books listeners might want to add to their own bookshelves. If you have an author or book you think we should profile on The Bookshelf, send us an email. The address is books@nhpr.org.

This week, The Bookshelf features poet Keiselim Montás of Lebanon, New Hampshire. When you’re talking about form poetry, the rules for the Japanese haiku are pretty simple. In a traditional haiku, you’ve got seventeen syllables—a line of five, a line of seven, and then a line of five. Usually the haiku hones in on details of the natural world and does so with a light touch. In his new book, Like Water, Montás offers us Japanese haiku he wrote in his native Spanish that have now been translated into English. Scroll down to read his top five reading recommendations and the transcript of his conversation with NHPR's Peter Biello."


For the entire interview visit the New Hampshire Public Radio Website: http://nhpr.org/post/bookshelf-keiselim-mont-s-and-art-haiku#stream/0